BIENVENIDA

Este blog pertenece a la cátedra "Problemáticas Espaciales Americanas". Del 4º año Geografía del ISFD nº54 de Florencio Varela, Buenos Aires.Aquí se darán a conocer muy diversas situaciones conflictivas que ocurren en este continente tan lleno de contrastes. Estos conflictos involucran tanto el aspecto ambiental, como social, cultural y económico

domingo, 15 de agosto de 2010

Fuga de Cerebros Argentinos

Fuga de Cerebros Argentinos:
Causas y Consecuencias de un fenómeno que continúa

Diana V, Suárez

INTRODUCCION
¿Qué le pasa a un país que importa máquinas e insumos y exporta científicos,
profesionales, técnicos y estudiantes? Lamentablemente, la realidad Argentina
muestra importantes indicios de que en el corto-mediano plazo encontrará la respuesta.
Durante las últimas 4 décadas, la Argentina ha desarrollado un patrón de
crecimiento escasamente intensivo en recursos humanos calificados y en conocimiento, lo que condujo a que, desde la demanda, los científicos y profesionales formados no encontraran (ni encuentren) lugar en donde desarrollar las capacidades y competencias adquiridas. Por esto a menudo se afirma que la Argentina ha formado a profesionales y científicos de primer nivel para luego exportarlos. Le hemos demostrado a todo el planeta tierra que es posible tener uno de los mejores equipos de fútbol del mundo y al mismo una economía caracterizada por poseer una de las peores performances del mundo durante los últimos 30 años. Se venden deportistas por sumas exorbitantes y a la vez se permite que nuestra mano de obra calificada emigre por falta de oportunidades.
La evidencia empírica ha probado que el avance tecnológico es un factor clave
para el crecimiento y desarrollo, que los países que más se han desarrollado en las últimas décadas son aquellos que han generado mayores competencias tecnológicas. En este sentido, tradicionalmente se ha afirmado que son los países desarrollados los que generan y exportan las nuevas tecnologías a los países en desarrollo. Por lo tanto, tecnología se difunde en forma de bienes que la poseen incorporada y que se demandan y ofertan en el mercado. Por lo tanto, las fuerzas de la oferta y la demanda conducen todo al punto de equilibrio, un equilibrio que asegura el funcionamiento “óptimo de la economía”.
Ahora bien, esta afirmación es errónea en dos sentidos.
Ya desde los años sesenta, diversos trabajos han demostrado que la
incorporación de tecnología no es una actividad pasiva sino que dadas las diferencias en la dotación de recursos, el tipo y calidad de los insumos
y en los gustos locales, toda nueva tecnología requiere de adaptaciones “idiosincráticas” para su operación en el medio local
(TEITEL, 1990). Existen marcadas diferencias entre los sistemas productivos
para los que la tecnología ha sido diseñada: escala, gustos y preferencias de la demanda, legislaciones y características regionales específicas. Por lo tanto, cuando una nueva tecnología, ya sea incorporada o desincorporada, se inserta al sistema productivo de otra región comienzan a aparecer contradicciones y desajustes entre capacidad productiva y producción real. Esto, en última
instancia, se transforma en un desincentivo a la inversión, retroalimentando negativamente el circuito de la mejora continua y la innovación.
En segundo lugar, existen problemas derivados tanto de la elección y acceso
a la tecnología, como aquellos generados por distintas trayectorias de
aprendizaje y requerimientos de capacidades específicas (ENOS Y PARK, 1988). Por consiguiente, aún para “comprar” tecnología a los países desarrollados es necesario contar con recursos humanos calificados capaces de seleccionarla y adaptarla y, a su vez, de desarrollar y sostener un sistema productivo capaz de generar los recursos necesarios para adquirirla.
Ahora bien, por un lado no toda la tecnología está disponible, existen,
por ejemplo,secretos comerciales y estrictas leyes de propiedad
(tanto física como intelectual), por el otro, la tecnología no es
adoptada instantáneamente sino que suele pasar un período considerable entre su generación y su difusión. Esto deja a los países “importadores” de tecnología siempre un paso atrás en la carrera por el avance tecnológico y, junto con ello, en el sendero del desarrollo y la competitividad. Nuevamente, la necesidad de contar con recursos humanos capaces de generar nuevas tecnologías se vuelve imperiosa.
Nuestro país cuenta con empresas que operan cerca de la frontera tecnológica
internacional y que buscan insertarse en los nuevos mercados abiertos por las tecnologías de comunicación e información, la biotecnología o la búsqueda de nuevos combustibles.
Estas empresas usualmente contratan en el exterior el desarrollo de nuevos productos o procesos o directamente los importan. Paradójicamente, la gran mayoría de los recursos humanos que emigran afirman no tener posibilidades de desarrollo en la región. Por otro lado, existen empresas de menor porte que las anteriores pero no menos pujantes que podrían verse ampliamente beneficiadas por los desarrollos de nuestra ciencia. Sin embargo, usualmente afirman que en la Argentina la ciencia no puede brindarles nada.
La Argentina cuenta con universidades y centros de formación de una
excelencia académica comparable con la de los países desarrollados,
sin embargo, no basta con su existencia, también es necesario que los
científicos y profesionales que allí se forman se queden en el país, y para quedarse deben saber que cuentan con posibilidades de crecimiento. Cuando esto no ocurre, cuando una vez graduados los científicos y profesionales abandonan el país, se está en presencia del fenómeno conocido como “fuga de cerebros” (brain drain). Y es justamente lo que viene sucediendo en la Argentina desde hace más de cuatro décadas.
Quizá no haya una respuesta insesgada a la pregunta inicial pero sea cual
sea la respuesta exacta, la misma no será de ninguna manera positiva.
Un país que no posee recursos humanos capaces de adoptar y/o generar tecnología difícilmente se desarrolle.
Tampoco puede aspirar a ser un “buen segundo”, puesto que la brecha tecnológica tiende a ensancharse tras cada nuevo avance.
El objetivo del presente trabajo es analizar el fenómeno de la fuga de
cerebros en la Argentina en el marco de un contexto mundial de competencia creciente, en donde el crecimiento y la generación de ventajas competitivas sostenibles dependen de la calidad de los recursos humanos y el desarrollo de competencias tecnológicas. En la primera parte se analizarán las características de la fuga de cerebro en la Argentina en tanto fenómeno real, en un primer intento de cuantificación de las pérdidas e identificación de las causas. En la segunda parte se trata la relación entre la fuga de cerebros, el perfil de especialización productiva, los procesos innovativos y su impacto en el presente y en el futuro. Finalmente, en la tercera sección se presentan las conclusiones.

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