BIENVENIDA

Este blog pertenece a la cátedra "Problemáticas Espaciales Americanas". Del 4º año Geografía del ISFD nº54 de Florencio Varela, Buenos Aires.Aquí se darán a conocer muy diversas situaciones conflictivas que ocurren en este continente tan lleno de contrastes. Estos conflictos involucran tanto el aspecto ambiental, como social, cultural y económico

domingo, 20 de junio de 2010

Biomas

PROGRAMA DE LAS NACIONES UNIDAS PARA EL MEDIO AMBIENTE
Oficina Regional Para América Latina y El Caribe


Estado actual de la cubierta vegetal en América Latina
y el Caribe:
situación y perspectivas




1. PRESENTACIÓN

La percepción que la sociedad tiene sobre la cobertura vegetal ha cambiado muy significativamente en las últimas décadas. El valor que se le daba en la década de los sesenta, como apartadora ilimitada de recursos naturales renovables, principalmente maderables, se ha ido sustituyendo, gracias a la evidencia científica y a una mayor conciencia ambiental social.
Quedó ampliamente demostrado que la capacidad de recuperación de la naturaleza es limitada y que transgredir los límites naturales de la revocabilidad genera impactos irreversibles en los funcionamientos de los ecosistemas además de atentar contra el desarrollo.
El valor de los ecosistemas forestales o, dicho de otra forma, de la cobertura vegetal de la superficie terrestre, va mucho más allá del solo valor económico directo. Los servicios que prestan son indispensables para la supervivencia de la humanidad en el planeta.
La vegetación permite la estabilización climática y atmosférica. Juega un papel fundamental en la absorción de CO2 y actúa como almacén de carbono; por ello es clave en la mitigación del calentamiento de la Tierra.
Su destrucción no sólo significa una reducción de la capacidad como sumidero, sino que libera el carbono capturado en la biomasa.
Actúa, también, como reguladora del ciclo hídrico y de la humedad meso climática. Al amortiguar el impacto de la lluvia sobre el suelo y encauzar el flujo de las aguas por las cuencas, protege al suelo de la erosión, disminuye la sedimentación, mitiga las inundaciones y detiene los deslaves.
Es fuente de productos forestales maderables, de la vida silvestre, farmacéuticos, entre muchos otros usos. Cada vez más especies se incorporan a las cadenas de producción, aunque sus valores económicos no están bien retribuidos. Los ecosistemas naturales también tienen un valor estético y turístico creciente. Si bien éstos son valores ancestrales de los antiguos habitantes de estas tierras, es cierto que en las últimas décadas se ha perdido la valoración de los espacios naturales prístinos y de su biodiversidad.
Afortunadamente, en los últimos años estos valores vuelven a resurgir mediante las acciones de concienciación ecológica, y más turismo está dispuesto a pagar altos precios por visitar dichas zonas.
Lamentablemente, la valoración sobre los servicios ambientales naturales no se ha extendido a todos los ciudadanos del planeta, ni a los gobiernos, con el sentido de urgencia que las acciones requieran, para frenar y revertir los intensos impactos que la sociedad está ejerciendo desde hace varias décadas sobre los ecosistemas naturales.
Algunos intentos de valorar los servicios ambientales han sido realizados por algunos investigadores dedicados a la economía ambiental. Entre ellos, Constanza (1997), quien estima que los servicios ambientales que provee la biosfera a la humanidad van de los 16 a 54 billones de dólares, con una estimación media de 33 billones. Esta cifra es sorprendente al compararla con el producto interno bruto global, que es de 18 billones de dólares .América Latina y el Caribe tienen una situación privilegiada, pues cuentan con una de las mayores riquezas naturales del planeta. De ahí que sea muy grande el compromiso de nuestras naciones frente al mundo.
Debido a lo anterior, debemos incorporar al más alto nivel de prioridad la agenda de conservación, uso sostenible y restauración de la cobertura vegetal de nuestra región.
En el presente documento se analiza el estado actual de la cobertura
vegetal en la región, sus formas de uso, sus impactos, y se orienta para apoyar los debates en torno a dicho asunto, definido como prioritario para el Foro de Ministros de Medio Ambiente de América Latina y el Caribe.


2. ECOSISTEMAS NATURALES TERRESTRES


La región de América Latina y el Caribe cuenta con poco más de 2 000 millones de hectáreas de superficie terrestre, esto es, apenas el 15% de la superficie terrestre del planeta y, sin embargo, tiene la mayor diversidad de especies y de ecorregiones del mundo.
El valor de los ecosistemas naturales terrestres va mucho más allá del valor económico directo. Los servicios que prestan son indispensable para la supervivencia de la humanidad en el planeta: permiten la estabilización climática y atmosférica; regulan el ciclo hídrico y de la humedad meso climática; son fuente de productos forestales maderables, de la vida silvestre, farmacéuticos, entre muchos otros, y representan un valor paisajístico y turístico creciente.
Lamentablemente, la valoración de los servicios ambientales naturales no se ha extendido a todos los ciudadanos del planeta, ni a los gobiernos, en el sentido de la urgencia que requieren las acciones destinadas a frenar y revertir los fuertes impactos en la sociedad, desde hace varias décadas, sobre los ecosistemas naturales.
La falta de planificación en el uso de los recursos naturales y de tecnologías
y políticas apropiadas que garanticen su preservación, ha agravado el deterioro ambiental en la región, que se traduce en pérdida de biodiversidad, y en degradación de los suelos, disminución de la disponibilidad de agua dulce, cambio de los cauces de los ríos por azolvamiento y disminución de la calidad de sus aguas por contaminación y sedimentación. América Latina y el Caribe gozan de una situación privilegiada al contar con una de las mayores riquezas naturales del planeta, por ello tienen un compromiso frente al mundo.
En consecuencia, debemos incorporar al más alto nivel de prioridad la agenda de conservación, uso sostenible y restauración de la cobertura vegetal de nuestra región.


a) Diversidad de ecorregiones y de especies

En América Latina y el Caribe se presentan los diferentes tipos de biomas que hay en el planeta, excepto los más extremos fríos conocidos como las tundras y taigas.
Es muy complicado utilizar un sistema único para clasificar toda la variedad de ecosistemas de la región. Cada país tiene su propia clasificación, lo que hace muy difícil las comparaciones. Sin afán de sustituir a ninguna de ellas y con fines estrictamente prácticos, en este trabajo se utilizó la clasificación de biomas que utiliza el Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF) y a la que la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación(FAO) se refiere en sus informes . La región está influida por dos reinos biogeográficos, el neártico y el neotropical. La gran mayoría (64%) está en el neotropical (desde el trópico de Cáncer en México hasta la Patagonia). El neártico se ubica sólo en la parte norte de México.

Biomas de América Latina y el Caribe

Bosques húmedos latifoliados tropicales y subtropicales. Incluye las selvas tropicales húmedas de las tierras bajas (ubicadas hasta los 600 msnm), los bosques tropicales montanos (entre los 600 y 1 200 msnm) y los bosques tropicales nubosos (entre los 1 200 y 2 000 msnm, aproximadamente). El más importante y extenso se encuentra en la Amazonia. Aunque con mucho menor superficie, pero no por ello poco importante, está el macizo de Guayanas (Surinam y Guayana francesa); los bosques tropicales de Venezuela; los de la costa atlántica de Brasil; los de la costa de Ecuador, Colombia y Panamá, conocidos como Darién-Ecuador-Chocó; los de la costa atlántica de Nicaragua, Honduras y Guatemala; y en el sur de México, particularmente en la Lacandona y los Chimalapas (superficie original= 920.4 millones de hect., 44 % de la región)c.
Bosques secos latifoliados tropicales y subtropicales. Los más importantes por su extensión son los del Chaco, desde el norte de Argentina, oeste de Paraguay y sureste de Bolivia, hasta colindar con la Amazonia; los del Atlántico de Brasil, entre el cerrado y la Caatinga; los del Caribe de Venezuela y Colombia; los del norte de Perú y suroeste de Ecuador; los de la costa del Pacífico de México y parte del Pacífico de América Central; los de Yucatán y Veracruz en México, y los del Caribe (Superficie original = 177.8 millones de hect. 8.5% de la región).b
En el reino neártico este bioma se encuentra en México en la zona de Sonora y Sinaloa (superficie original = 5.1 millones de hect., 0.2% de la región).c
Bosques templados latifoliados y mixtos. Se encuentran en la costa sur del Pacífico de Chile, conocidos como bosques magallánicos y de Valdivia
(superficie original = 39.5 millones de hect., 1.9% de la región).
Bosques y matorrales mediterráneos. Ubicados en la parte central de
Chile. Son únicos en su género (superficie original = 14.8 millones de hect., 0.7% de la región).
Bosques de coníferas tropicales y subtropicales. Se ubican en las cordilleras y sierras de América Central, México, Cuba y Bahamas. Su distribución varía en diferentes altitudes (superficie original = 32.2 millones de hect., 1.5% de la región).c En el reino neártico se encuentran en la Sierra Madre Oriental y en la Occidental de México


Bosques de coníferas templados. Corresponde al reino neártico en México.
Es una pequeña parte de clima mediterráneo en el norte de Baja
California, en San Pedro Mártir y Sierra Juárez (superficie original =
0.4 millones de hect., 0.02% de la región).c
Pastizales, sabanas y matorrales tropicales y subtropicales. Los más importantes se ubican al norte de la Amazonia, en Venezuela y Colombia, conocidos como los Llanos: también al sur de la Amazonia el llamado Cerrado de Brasil. Son también muy destacados la sabana de Uruguay, llamada pampa, que ocupa prácticamente todo el territorio de este país, el Chaco húmedo del norte de Argentina y Paraguay (superficie original = 341.1 millones de hect., 16.3% de la región)
.c
Pastizales y sabanas inundables. El más significativo es el Pantanal de Bolivia-Paraguay, que ocupa más 17 millones de hect., El más grande del mundo. Se inunda cada año entre diciembre y junio. Además, están los del Orinoco; el Paraná de Argentina y los de Cuba, entre otros más pequeños (superficie original =32.3 millones de hect., 1.5% de la región).c
Pastizales y matorrales montanos. Son muy característicos por ubicarse principalmente en la parte alta de la cordillera de los Andes y se les conoce como punas (las más secas) o páramos (los más húmedos y restringidos) Se trata de una vegetación dominada por herbáceas y con plantas características de las zonas alpinas. Se distribuyen en altitudes mayores de los 3 000 msnm hasta el límite con la línea de nieve.
También se encuentran en las cordilleras de Venezuela y de Mérida en Colombia. En México se les conoce como zacatonales y se encuentran en las partes más altas de la Sierra Madre Oriental y de la Occidental (superficie original = 81.1 millones de hect., 3.8 % de la región).c

Pastizales, sabanas y matorrales templados. Se ubican en Argentina, desde la Patagonia hasta El Chaco y Mesopotamia. Son ecosistemas dominados por gramíneas conocidos como la pampa y en la Patagonia como las estepas (superficie original = 164.3 millones de hect., 7.7 % de la región).c
Desiertos y matorrales xéricos. Son los ecosistemas de las partes más secas de la región. Entre los más secos y extensos están: el sur de Perú, el desierto de Sechura, de arena y dunas costeras (14 millones de hect.) y en el norte de Chile, el de Atacama, con muy escasa vegetación, excepto por los oasis esporádicos conocidos como lomas. Los menos secos, con vegetación arbustiva, están en la Caatinga de la costa atlántica de Brasil, en el Caribe de Colombia y Venezuela (Guajira Barranquilla) y en la costa de Venezuela (superficie original = 117.6 millones de hect., 5.8 % de la región).c Estos biomas en el reino neártico se encuentran en México. Ocupan el 40% del país.
Son el desierto sonorense, el chihuahuense y la zona central del país ( superficie original = 117.6 millones de hect., 5.8 % de la región).c
Manglares. Son de una enorme importancia por su función reguladora entre el agua que fluye al mar desde tierra adentro y el agua salada marina. Se trata de ecosistemas clave donde se realiza la reproducción de muchas especies marinas. Se distribuyen a lo largo de las costas, desde México hasta Brasil y Perú y todo el Caribe. Sólo Uruguay, Argentina y Chile no tienen manglares. Su distribución corre por ambas costas, aunque el Atlántico y el Caribe tienen el 70% de estos ecosistemas (superficie original = 11.6 millones de hect., 0.5%de la región).c
Los manglares de distribución más norteña son los de México (en Baja California Sur), y pertenecen al reino neártico (superficie original =0.5 millones de hect., 0-02% de la región).c

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